Sé que vas a sanar.
Jimin se estuvo quejando durante algunos minutos, sus ojos no estaban abiertos aún y no decía palabra, solo soltaba sonidos lastimeros para expresar su sufrimiento, Jungkook liberaba sus feromonas para tratar de tranquilizarlo.
—¿Qué me pasó? ¿Por qué me duele tanto? —se quejaba adolorido el omega, estaba a punto de llevar su mano a la herida pero Jungkook lo impidió—. ¡Me duele mucho! —abrió los ojos un poco aturdido y parpadeó varias veces para aclarar su visión.
—Lo sé, lo siento mucho, amor —no era metafórico, él realmente sentía el dolor en su estómago. Su lobo y el de Jimin retorciéndose por la agonía del más pequeño—. Tuvieron que hacerte una cirugía porque se reventó tu apéndice —explica brevememte.
—¡Es horrible, Jungkook, duele! —cierra los ojos, comenzó a sollozar y retocerse ante el dolor.
—Puedo ayudarte, ¿me dejas ayudarte? —se inclinó un poco y comenzó a restregar su mejilla contra la de Jimin en un intento de marcarlo con su aroma, el omega trataba de inhalar lo más profundo que podía para obtener lo más posible del tabaco y la tierra húmeda, buscaba tranquilizarse pero el dolor no desistía.
—¡Alfa, me duele! —sus ojos liberaban hilos de lágrimas y su labio inferior temblaba por el llanto.
—¿Me dejas sanarte? —acariciaba el cabello del omega, este asintió rápido y muy convencido, quería dejar de sufrir lo antes posible, el alfa se apresuró a cerrar las persianas y la puerta, se acercó de nuevo a la camilla, el nerviosismo lo invadió, es claro que nunca había hecho esto, no puso atención a las clases que se les repartían cuando niños porque él insistía con ser un beta y no recuerda muy bien la vez que Jimin lo sanó porque se perdió por completo en los toques del menor, tratará de hacer lo mejor que pueda—. Voy a quitarte la sábana —avisó y retiró cuidadoso la manta que cubría la parte inferior del chico, éste tembló por el cambio de temperatura.
—¡Hace frío! —se quejó lloroso y se retortijó del dolor—. ¡A-Arde mucho! —su mano trató de tocarse de nuevo la herida pero el mayor lo detuvo.
—Tranquilo, amor —sujetó sus manos a ambos costados, se subió a la cama cuidadoso colocando una pierna a cada lado del torso sin tocarlo para evitar lastimarlo más, sus manos viajaron a sus mejillas para acunarlas y hacer que lo mirara directo a los ojos—. Estoy aquí —susurraba, su nariz frotándose con la contraria, sus partes animales tomando el control de sus cuerpos para tratar de alivar al más pequeño.
Sus labios se juntaron delicadamente haciendo suspirar a Jimin, el alivio invadiendo su ser ante las atenciones de su alfa, el beso se profundizó un poco, el mayor se separó y besó los pómulos, cada toque era lento y cuidadoso tomando su tiempo gracias a que el omega se había perdido por completo en las caricias que recibía, de vez en cuando soltaba quejidos pero más bajos, indicando que su dolor estaba pasando.
El rizado limpiaba las lágrimas de alivio que se le escapaban por las mejillas, pasaba su lengua por el delgado camino humedo y terminaba con un beso en suave sobre la mejilla.
Pasó al cuello, frotaba su nariz trazando líneas desde sus clavículas hasta la línea de la mandíbula, eran roces que enviaban escalofríos y alivio a todo el cuerpo del ojiazul, la lengua del alfa se hizo presente trazando esas mismas líneas y dejando rastros de saliva por ellas, sin evitarlo sus dientes rasguñaron la zona donde debía ir la mordida y ambos se aturdieron por la acción, sus cuerpos temblaron en espasmos por la satisfacción de sus lobos, lo repitió algunas veces y alternaba con besos y lamidas porque su alfa así se lo exigía.
Acariciaba sus brazos con la delicadeza que merecían, temiendo dañarlo y regresarlo al dolor, masajeaba y dejaba besos por donde tocaba, se saltó el estómago por la parte lastimada y pasó a los muslos y pantorrillas, repartiendo mimos, durante todo el proceso susurraba cosas lindas contra la piel del menor para hacerlo sentir querido y consentido.
Regresó al estómago, su lobo gruñó molesto al ver la gran herida que atravesaba su vientre, medía aproximadamente 20 centímetros e iba de el costado inferior hacia el centro de forma diagonal, sus ojos se oscurecieron al prestar atención a la que sería una cicatriz, dolía su pecho al saber lo doloroso que podía ser una lesión como esa.
—Perdón si te lastimo —comenzó a lamer la zona cuidadoso pero Jimin soltó un siseo de dolor que su alfa se forzó a ignorar, era necesario para sanarlo. La herida comenzó a cambiar lentamente de tamaño y aspecto, comenzó a verse más rosada que roja y se redujo unos pocos centímetros.
Pasó su lengua algunas veces más y se retiró, pero solo para mirar su estómago y comenzar a acariciarlo con las manos, se deslizaba desde la parte baja de las costillas hasta la cadera cuidando de lo resentir su dolor, un nuevo gruñido se formó en su pecho pero ésta vez era de posesión, un gruñido gustoso y satisfactorio por el regocijo del alfa.
—Mío —dijo pegando sus labios al estómago, gruñó y volvió al rostro de Jimin para dejar un beso profundo—. Eres tan perfecto y mío —rascó las clavículas del herido con sus dientes provocando un nuevo escalofrío que los recorrió a los dos.
—Tuyo, alfa —llevó las manos al abdomen del mayor, las deslizó por toda la zona hasta llegar a su pecho y terminar en su cuello para atraerlo en un beso lento y cariñoso.
—Te amo tanto —dijo finalizando el beso y frotando su mejilla contra la de Jimin, el tabaco y la tierra húmeda combinándose perfectamente con la vainilla y el café creando fragancias que los embriagaban ambos.
—También te amo, ricitos —suspira y acaricia el cuello contrario con su nariz, movimientos lentos que formaban circulos—. Mucho —su voz fue más un susurro y al poco tiempo se había quedado dormido.
Jungkook bajó de la cama, se dedicó a acariciar el cabello y las mejillas del omega mientras lo miraba dormir con adoración, cuando estuvo seguro de que no despertaría, dejó un beso más en su frente y salió de la habitación para caminar hacia la estación de enfermeros. Una vez ahí, encontró a la chica que le había prohibido el paso, Chaeyon, ella se acercó de inmediato al verlo.
—¿Despertó? —cuestiona la beta buscando en sus bolsillos una especie de localizador.
—Si, pero volvió a dormir poco después, le dolía mucho la herida.
—Es comprensible —hace una mueca de pena—. Llamaré a la doctora Somi para que hable contigo sobre Jimin —le regala una sonrisa y presiona unos botones en el aparato—. Deberá estar aquí pronto, puedes esperarla en aquellas sillas de por allá, permiso —señala unas sillas que estaban al fondo del pasillo para despedirse y comenzar a alejarse.
El alfa toma asiento donde se le indicó, pero no se da el lujo de pensar en nada, su mente sigue en blanco ante todas las posibilidades que vienen a su mente, sabe que Jimin no está fuera de peligro y eso lo aterra demasiado, pero prefiere no pensar en nada por el momento, tiene que mantenerse fuerte para él y su familia.
—Hola de nuevo —saluda la doctora—. ¿Jimin despertó? —su rostro era serio y analítico.
—Si, tuvo mucho dolor así que lo ayudé un poco y se adormeció —explica.
—Es mejor para él permanecer dormido —asiente—. Eso le evitará un poco el dolor.
—Además no estuvo durmiendo bien últimamente —confiesa el ojiverde—. Le hará bien descansar.
—¿Estuvo bajo estrés o algo parecido? —cuestiona como si algo hubiese hecho clic en su mente.
—Si, se estuvo esforzando mucho en el trabajo y la escuela, además tuvo malos ratos durante la semana —explica mientras recuerda que él le ocasionó varios de esos malos ratos.
—Bueno eso tal vez podría explicar el estado decaído de su omega, eso y en conjunto con la alimentación tal vez jugaron un papel importante para la formación de su úlcera —Jungkook solo cerró los ojos ante la culpabilidad y la molestia, fue demasiado blando y Jimin demasiado terco—. Pero lo importante ahora es su recuperación —dice la médica al percibir su aroma cambiante—. Como ya te dije, Jimin aún no está bien, no podemos asegurar nada.
—Lo comprendo —agacha la cabeza con un gran dolor formándose en su pecho, suspira derrotado.
—Nosotros haremos nuestra parte suministrándole los medicamentos y tratando de combatir las infecciones pero no hay mucho por hacer al respecto —niega—. Será solo cuestión de las reacciones que tenga su organismo y esperar, las primeras 24 horas son las más risgosas, después de eso solo podrá mejorar —se encoge de hombros—. Por el momento no pueden ingresar a verlo, la hora de visitas es hasta mañana por la tarde.
—Conozco la rutina, si —sonríe triste.
—Me gustaría que tú te quedaras en el hospital por si despierta y te necesita, te daremos pase para que lo ayudes —palmea el hombro del chico—. Y ánimo, él te necesita fuerte —le brinda una última sonrisa y regresa por donde vino.
El alfa la mira irse y desaparecer de su vista, se queda unos minutos más sentado sin pensar nada específico hasta que decide que es momento de enfrentar a la familia y notificarles los avances, camina decidido hacia la puerta que da a la sala de espera, la abre cuidadoso con un empuje, pronto tiene a los Jeon, a los Park y a los tres amigos del omega rodeándolo.
—¿Cómo está? —cuestiona Hyunbin.
—Está bien —suspira tranquilo—. Despertó unos cuantos minutos pero tenía demasiado dolor así que volvió a quedarse dormido —relata.
—¿Qué dice la doctora? ¿Podemos pasar a verlo? —habla Shinhye asustada.
—No, linda —niega triste el ojiverde—. Podrán pasar hasta mañana por la tarde, mis padres pueden explicarles sobre los horarios de visita, se los saben de memoria —sonríe un poco y sus padres lo acompañan—. ¿Podrías ir a comprarme un jugo, mamá? —pregunta y la alfa lo mira extrañado hasta que completa—. ¿Podrías acompañarla? Siempre se confunde de marca y termina trayéndome de sabores raros —pregunta burlón hacia la pequeña Hye y ella asiente un poco divertida, la alfa pelinegra comprende de inmediato y empuja su silla con dirección a la cafetería.
—¿Son malas noticias verdad? —Sunhwa cierra los ojos para contener las lágrimas.
—No por completo —tranquiliza Jungkook—. La doctora dice que solo nos queda esperar que la infección no sea tan fuerte, no está fuera de peligro aún —todos sueltan quejidos y palabras de desesperación.
—Pero... ¿tú cómo lo ves? —Taehyung habla y se acerca al rizado.
—Yo lo veo bien, es decir, se veía tranquilo mientras dormía —se encoje de hombros triste—. Al parecer no tenía fiebre...
—Eso es muy bueno —interrumpe Yoongi aliviado—. Aún es pronto pero es bueno.
—Espero que si, cuando despertó se veía adolorido pero sé que es fuerte, va a poder con esto.
—Claro que si, cachorro —Hyungwon palmeó su hombro—. Vas a ver que esto solo será un mal recuerdo y que Jimin volverá a ser quien cuide a los pacientes más pronto de lo que crees.
—Así es, Jim va a estar como nuevo en unos días, lo conozco —habla convencida la madre del chico y le da un abrazo al alfa puro—. Soy su madre, mi sexto sentido me dice que va a estar bien —se separa del abrazo y le sonríe al de rizos.
Después de eso hubieron varias palabras de aliento por parte de todos hacia el alfa, todos confiados de que Jimin se va a mejorar y pronto va a salir del hospital para continuar con su vida diaria, Jiyoung llegó unos minutos más tarde acompañada de Shinhye quien tenía una botella de jugo entre sus manos.
—Aquí tienes, Jungkook —la menor le entregó la bebida y le sonrió cansada.
—Gracias, Hye —le devolvió la sonrisa apenas—. Creo que lo mejor será que todos vayan a descansar.
—¿Tú no vienes, chachorro? —cuestiona su madre—. La hora de visita es hasta mañana, Kook —la pelinegra lo mira triste y acaricia su espalda—. Es mejor que vengas a dormir un poco —el ojiverde negó apresurado.
—Si, Jungkook —Hyunbin asiente—. Tienes que descansar, es por tu salud, muchacho.
—Estoy bien, no se preocupen —le resta importancia—. Además la doctora me pidió quedarme por si despierta adolorido de nuevo —explica.
—No se preocupen por él, dormirá en la sala de descanso —Taehyung rodea sus hombros y lo sacude un poco en señal de aliento, se ve decaído pero sabe que ahora confía en que su omega estará bien, él literalmente puede sentirlo en su interior así que está dejando a un lado la preocupación.
—Si, avisaremos a Somi para que lo busque ahí si es necesario —completa Yoongi con una sonrisa—. Nuestro turno comenzará en unos minutos así que estaremos por aquí.
—Gracias —sonríe Jiyoung hacia los médicos.
—Todo por nuestro paciente y nuestro enfermero favoritos —dice Hoseok devolviéndole la sonrisa, tal vez la relación con Jungkook no se ha vuelto tan cercana pero después de todo él fue su paciente por poco más de cuatro meses, es inevitable no guardarle cariño, y Jimin se ha convertido en un gran amigo para los tres, deben apoyarlos de la forma que puedan.
Todos se despidieron y los tres doctores acompañaron al rizado hacia la sala de descanso en la que dormiría, su corazón se contrajo al estar fuera de la misma sala de descanso donde se veía con Jimin para su comida, la misma donde le había dicho que le dolía el estómago y la misma donde lo escuchaba reír a carcajadas con alguna mala broma, pero ésta vez el ojiazul no estaría esperando dentro, triste agachó la mirada.
—Bueno, nosotros te dejamos porque hay que trabajar, nos vemos en un rato —se despide Yoongi y los otros dos le siguen por el pasillo agitando sus manos, tembloroso el alfa puro toma la perilla y la gira dando un suspiro al ver vacía la habitación, pero se recuerda a si mismo que Jimin se va a mejorar y pronto lo verá de nuevo sentado en el sofá esperándolo con una sonrisa en los labios.
Dio un paso dentro pero alguien lo llamó a sus espaldas, se giró al reconocer la voz de su amigo y chofer, lo distinguió a unos metros de distancia llevaba una mochila entre las manos, la mochila de su omega.
—Iba a entregarles esto a los padres de Jimin pero no los alcancé, así que te la dejo a ti —explica tendiéndole la mochila y el teléfono que tenía en la otra mano, presionó el botón de encendido del dispositivo y de inmediato se iluminó con la foto que el omega tiene como protector de pantalla, él y el alfa sonriendo a la cámara divertidos, Jungkook sonrió nostálgico y su corazón se regocijó un poco al ver la sonrisa del otro aunque sea en imágenes.
—Gracias, Zico —sonrió lo más sincero que pudo hacia el chico—. ¿Podrías venir por mi como a eso de las 10 am? —pide.
—Claro, te veré mañana —asiente—. Descansa —se despide y desaparece por el pasillo, Jungkook entra de nuevo a la habitación, cansado, el día ha sido el más agotador de su vida pero se siente un poco más tranquilo ahora, siente a Jimin más fuerte, el cambio no es mucho pero si eso calma a su lobo entonces él también lo hará.
Toma asiento en el sillón y estira las piernas hacia el frente, su espalda truena haciendo que su cuerpo se relaje un poco, estaba por colocar la mochila a un lado cuando un fuerte aroma a vainilla le atravesó las fosas nasales, es el aroma de su omega, abre el cierre y encuentra la primer chaqueta que Jimin impregnó con su aroma para él, los recuerdos llegan a su mente como flashes.
Comienza a sollozar, pero no de tristeza es más bien alivio, alivio después de sentir que perdería a lo más lindo que le ha pasado, aún no está ganada esta batalla pero ya se siente trinfador, sabe que su omega es valiente y que va a salir bien librado, por eso no puede evitar el alivio que envarga su interior provocando las lágrimas y sollozos, fueron horas pero le pareció una eternidad entre la incertidumbre, aún le restan unas cuantas pero sabe que debe ser positivo en esta situación.
Se recuesta por completo en el sillón con las piernas encogidas en posición fetal, abraza la chaqueta a su pecho y la olfatea para tranquilizarse, todo va a estar bien, así será, pronto tendrá a Jimin y pasará el resto de su vida cuidando de él.
✧✦✧
Algunas horas pasaron, Jungkook no sabe con certeza cuántas, solo sabe que fue despertado por un gran dolor en el pecho y escalofríos que lo recorrían completo, Jimin lo necesitaba, se levantó apresurado y avanzó lo más rapido que pudo hacia el área de cuidados intensivos, en el camino se encontró con la doctora Somi.
—Justo iba a buscarte... —es lo primero que dice la chica al verlo pero él la ignora pasando por su lado, demasiado ocupado con pensar en su omega adolorido, se encaminó directo a la habitación del castaño, desde fuera podía escuchar sus quejidos bajitos así que entró sin previo aviso.
—Estoy aquí, bebé —dice suave acercándose a la cama, tocó la mano del menor, estaba fría y temblando, Yoongi había dicho que la fiebre era mala pero Jimin no estaba caliente, su mente estaba trabajando muy rápido mientras buscaba por la habitación, Jimin no puede tener fiebre porque eso significaría que algo va mal, su lobo aulló triste ante la posibilidad—. Voy a conseguirte mantas, ya vuelvo, amor —avisó dejando un beso en su frente para salir casi corriendo hacia la estación de enfermeros—. Jimin e-está temblando, tal vez tenga fiebre , yo n-no sé que hacer... —confiesa con los ojos llorosos a una de las enfermeras.
—Tranquilo, no tiene fiebre, tiene frío por el suero que se le está dando, igual subimos la calefacción para tratar mantenerlo cálido —explica y Jungkook suspira aliviado—. ¿Quieres que te dé mantas extra? —el alfa asiente efusivamente y la mujer le da dos mantas, son delgadas pero servirán, piensa.
Él rizado se dirige hacia la habitación, entra rápido para cubrir a Jimin por completo con las mantas, comienza a frotar sus palmas sobre el cuerpo del menor para tratar de transferirle calor, Jimin se quejaba del dolor así que comenzó a liberar su aroma para tranquilizarlo.
—Shh —lo arrullaba despacio, no sabía que más hacer para que dejara de temblar así que se subió a la cama y se colocó a su lado cuidando de no lastimarlo, lo abrazó y comenzó a frotar su mejilla contra la del omega—. Va a pasar, amor, ya va a pasar —frotaba de nuevo sus manos.
—Quiero ir a casa, alfa —su voz era algo aguda por el llanto y su labio temblaba, los ojos estaban aguados y veía al ojiverde a través de sus pestañas—. Por favor.
—Pronto estarás en tu casa y tu mami te hará sopita caliente —susurraba en su oído—. Yo iré a visitarte y estaré contigo a cada momento —acariciaba sus costados con suavidad.
—No, yo quiero ir a nuestra casa —negó con los ojos cerrados y sollozando—. A nuestro nido.
—Oh, bebé —su corazón latía rápido ante la alegría de que Jimin se refiera al departamento como suyo, como su casa—. Vas a mejorarte y estarás en casa muy rápido, voy a cuidarte y mimarte hasta que te hartes de mi —formaba círculos con la nariz sobre la mejilla del ojiazul, este buscó más contacto y suspiró aliviado, el ojiverde tarareaba melodías sin sentido mientras que liberaba más tabaco y tierra mojada.
—¿Ya no vas a odiarme? —preguntó adormecido y tratando de acercarse más al cuerpo del otro.
—Nunca te odiaría —dice rápido y pegándose más para evitar que Jimin se moviera—. Eres mi sol, mi vida entera, fui un tonto pero cuando estés recuperado y si me dejas voy a cortejarte —besa su frente y fricciona su mejilla con la del menor en un gesto de sumisión—. Cometí errores, bebé. Y por eso quiero demostrarte día con día lo mucho que te amo y lo mucho que deseo que seas mi omega —dirigió la vista hacia el rostro del castaño que suspiraba tranquilamente indicando que se había quedado dormido, el mayor sonrió tranquilo—. Te lo prometo, tal vez tú no vas a recordarlo pero yo si, amor —besa su mejilla para bajar con cuidado de la camilla y observarlo dormir unos minutos más antes de ser sacado por los enfermeros.
Habla enserio, va a cortejarlo porque sabe que debía hacerlo desde el principio, porque fue un tonto al olvidarlo y porque realmente quiere demostrarle a Jimin todo el amor que siente por él, quiere que Jimin olvide los malos días que le hizo pasar así que lo hará, va a cortejarlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro